Me pasa de todo y todo me sabe a nada si no puedo contártelo, me ha costado pero por fin lo he entendido, entre tú y yo puede haber de todo menos distancia. Mis ganas llevan tu nombre y lo que más me gusta de mi falda es las ganas que tienes de quitármela.
En la puerta de mi casa se esconde el sabor a sofá roto y rodillas deshechas. Desde que no estás tengo los vaqueros rotos, la vida en blanco y negro y miles de preguntas que prefieren no responderse. Cuando hace frío me muero de calor y al verano le pido que me congele. Ya nada guarda un orden lógico, aunque mi vida era igual de caótica cuando tú estabas, pero claro, se sobrellevaba mejor entre sábanas y a ritmo de Rolling Stone.
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