jueves, 18 de julio de 2013

Viniste a devolverme más vida de la que yo sabía perdida, a despertarme sin saber que andaba dormida. Y todo eso con verte sonreír. Un día, de repente, busqué a mis fantasmas y los vi muertos de risa sentados en un sofá que ya no era el mío. Cerca andaban mis problemas de autoestima y mis ganas (cada vez más evidentes) de no volverte a ver jamás. Al menos no con los ojos de quien mira un sueño.
A veces me sentaba a imaginar cómo de fuerte tendría que abrazarte para convencerte de que tu sitio estaba en mi hombro. Entonces miraba hacia atrás y te veía ahí junto con el puñado de cosas que ya nunca podré hacer por el principal motivo de que no las quiero hacer. Es curioso querer convencerte de que tu sitio está en mi sin plantearme si el mío está en ti. No sé, es como todo. Como cuando te quería follar entre aviones completamente innecesarios estando tus manos.
Un día quiero jugar a ser cuerpo. Follarte lento, leer tu cuerpo en braille y que el mundo siga existiendo. Ser una utopía que de vez en cuando se deja meter mano... No sé, puede que lo intente. Aunque ya sé que no voy a ser capaz. Ni para de sonar Marwan ni paro de ponerle tu nombre a sus canciones. Y joder, qué putada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Pestañeos