martes, 23 de abril de 2013

Besarte despacito.

Hasta que te conocí, yo tenía el corazón en modo avión, llámalo golpes o llámalo miedo. Y de repente aprendí a verte con los ojos de las manos, con los ojos de la boca, con los ojos de comerte, y todo cambió.
De repente ya no eras tú y eras incorpóreo, aéreo, como los sueños. Y es tan bonito que me gusta tenerte dentro por muy fuera que estés. Invéntame un final y llénamelo de ojalás, que yo ya no estoy para amores fatales.
Aunque si quieres, me presto voluntaria a comerte las esquinas en todas mis esquinas. A llevar por vestido tu sonrisa, a llenarte de delirios, a darte fiebre sin excusas.
A veces se me ocurre volverte recuerdo y me lleno de ausencias queriendo esconder mis anhelos, esos días suelen dolerme igual que me duelen los días que vienes tan guapo que dueles. La mayoría últimamente.

1 comentario:

  1. Jejeje que bueno lo del modo avion, que facil seria entonces vivir asi sin confusiones ni quebraderos de cabeza. A mi los besos que mas me gustan son los que no se dan con los labios, sino con los ojos, los besos probocados por un cruce de miradas en el cual ambos nos devoramos. Ahhh ya echaba de menos tus palabras que esta vez la musa se te fue de vacaciones y tardaste en escribir. Ciao

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