Yo solo sé que no sé nada. Y que algunos días todavía me dueles. Me dueles como mirar atrás y ver que si hoy nieva, nosotros no supimos hacer nevar. Aunque lo hiciésemos todas las noches. Ah, y cambia de escondite. El de mi sonrisa está muy visto, siempre te acabo encontrando.
Ojalá pueda perdonarme algún día el no saber perdonarte a tiempo. En alguna vida paralela a esta seguro que supimos perdonarnos no querernos lo bien que nuestra historia nos imponía. En esta no. En esta la única lección que aprendimos es a dolernos mal. Ni siquiera sabemos dolernos bien, como las agujetas después de una mañana contigo o el beso de buenas noches cuando no dormimos juntos, qué va. No sabemos ni dolernos.
Yo solo te quiero decir una última cosa (que siempre es la penúltima): Quiéreme el día en que cambie tu concepto de comerte el mundo. El mío va a seguir intacto, pensando que nadie puede comerse el mundo sin comerte la boca, aquí, esperándote.
.jpg)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Pestañeos