Lo peor de los cuentos es cuando la malvada bruja eres tú y la dulce princesa es otra, que por supuesto, siempre se queda con el príncipe, que sigue siendo gris, pero cada vez más rosa.
Cuando a Timón le falta Pumba y Simba supera la muerte de Mufasa porque se da cuenta de que la vida sigue. Cuando la Dama se vuelve Vagamunda por tu cuerpo y el espaguetti solo lleva a tus miserias. Cuando Pocahontas se sube al barco y deja solo a Joh Smith, pero a John Smith le da igual, porque la vida para él también sigue. Cuando Aragón nos dedica una comparsa y a nosotros nos da igual porque la vida sigue. Que la vida sigue siguiendo, lo sé, pero tú ya no estás para contártelo y le quita sentido al cuento.
No nos contaron que después del "Fin" viene el blanco y negro, el darte cuenta de que con las perdices te atragantas, pero al menos puedes contar que un día pudiste comértelas.
"Tú y yo, los dos a medias, bombardearemos Disneyland."
Simplemente no hay un fin sino un continuará... Y ese continuará está más lleno aún de cuentos, cuentos que te cuentan o tu misma te montas para no ver una triste realidad.
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