
- Al principio, cuando bajaba por las escaleras pensaba: ¿Pero qué hago? Si este chico ni siquiera me gusta. Y luego abría la puerta y todo eso desaparecía porque veia tu sonrisa y no me importaba nada, confiaba en esa sonrisa.
- Era un buen tipo el de la sonrisa, ya no le veo mucho. Le echo de menos.
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