Es evidente que tenemos que estar juntos.

Es tan evidente que haces bonitas las cosas sexys y sexys las cosas bonitas. Tan evidente como que quiero matarte y que me mates. A orgasmos. Encajando hilo a descosidos y retales a costuras, rincones a latidos que se disparan. Queriéndonos y odiándonos como si no hubiese un mañana, un mañana que existe con el único motivo de que podamos hacer el amor. Como tus labios en mi nariz y lo mucho que me gusta estar borracha cuando estoy contigo. Desencajar la vergüenza y reemplazarla con las manos. Es evidente como mis ganas en falda corta y tu mano temblando debajo de la mesa. Como las discusiones que acaban en quiero secarte las heridas al sol  con sal y los besos paliativos. Como tú y como yo, como el amor.