miércoles, 7 de septiembre de 2011

Yo siempre quise ser bombero. Luego descubrí que el deporte no era lo mío. Más tarde quise ser conductora de autobuses, tras 50 clases para aprobar el carné de conducir, acabo de descubrir que el tráfico tampoco es lo mío.
Tenía 12 años cuándo descubrí que mi vocación eran los niños, a los 18 una tarde de esas que tu mente se llena por la lucidez brillante por su ausencia entré a Trabajo Social. A la mierda mi vocación.
Tuve varios amores locos (y digo locos por mi confeso mal gusto) que no llegaron a nada y que más tarde descubrí como caprichos e incluso vergüenzas ajenas, bien por mí.
Luego llegaste tú.
Y como ya (te) he dicho, todo en mi vida está inacabado, frustrado o hecho de forma incorrecta.
Estoy intentando encasillarte en una de las 3, pero creo que por esta noche, esto tampoco lo voy a acabar.

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