Si quieres, podemos jugar a volver a cambiar el cómo te ha ido el día por el qué color de ropa interior llevas. A meter pólvora en el cierre del sujetador y hacer que explote entre tus dedos.
Disimular y pensar que nos queremos, que te coses al bolsillo de mi pantalón. También podemos cenarnos por la noche y esperar que nos apetezca desayunarnos. Si, creo que puedes.
Sublime, como tú.
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